A los 6 años yo me sacudía violentamente para poder desamarrarme de la silla y así liberarla a Ella. Ella quiso huir casándose con un hombre, al no aguantar la carga de ser mamá de sus hermanos, primos y abuela. No la dejaron. Cometió su primer intento de suicidio a los 19 años. Años de chantajes emocionales, especialmente a través de la enfermedad. Enfermedad del amor obligado, cuya causa es una sociedad que nos degrada mentalmente a través del desamor. Desamor es cuidar al mismo hombre que pensaste que te iba a liberar, pero te regresó a la casa de la que escapaste y la vendió, por el deber de cuidar a tu madre, a quien hospitalizaron al ver que su hijo varón se juntó con una mujer casi de su edad. Edad de la ingenuidad reprogramada, porque te prometieron que si eras buena y te esforzabas alcanzarías una gloria, pero esto es mentira: no toda lucha es igualmente valorada y recompensada. Recompensa da amor, es lo que pensó la madre de ella al haber trabajado hasta tres turnos seguidos de afanadora en un hospital, después de que su esposo la abandonó. Abandono por medio de migajas es lo que obsesiona muchísimo; esto lo hace el narcisista: le causa placer someter, para ello, primero hace una entrega inicial de pastel y así asegura la fidelización. Fidelización es un concepto de marketing que designa la lealtad de un cliente a una marca, producto o servicio concreto, que compra de forma continua. Continúa esta pesadez de cuidado obligado, hace mucho daño creer que el amor es un condicionamiento, como construir una enorme casa, porque la madre de Ella pensaba que viviendo todes sus tesores juntes, compensaría el vacío que dejó su amor perdido. Perdido el tiempo y la energía en un Sistema que hace de los seres humanos marcas de cosmetización e hiperconsumo, generando alta rentabilidad del narcisismo en espectáculo. Espectáculo porque la publicidad y los algoritmos alimentan la ansiedad de no ser una paria, es decir: un cuerpo invisible. Invisible porque pesa la restricción opresiva para poder acceder a una vida digna, día a día, en este mundo gobernado por un falo de capitalismo blanco eugenésico. Eugenésico es el modelo implantado de culpas por no haber nacido en el lugar correcto, privilegiado; el cuerpo escucha, se pone triste y se autodestruye para gritarnos que lo que hay que destruir, contraefectuando, es aquel trauma histórico. Histórico es el acontecimiento en su continua repetición de gesto paradigmático, para imponer la creencia de la certeza de que algo existe de una manera absoluta. Absoluta es la fe que tiene ella en la enfermedad crónica heredada, ya que su madre padeció el trauma de no ser vista, por tanto, no respetada, y en su intento desesperado de búsqueda de conexión (validación), se dió cuenta de que la manera de obtener amor y atención fue estando enferma, se enfermó por querer encadenar a sus tesoros para no sufrir abandono, porque aprendió que un Cristo crucificado era la salvación. Salvación no es hacer competencias del dolor, ni creer que existen estados fijos de salud o enfermedad, tampoco es una obligación y se debe volver norma cuidar. ¿Quién quiere nacer solo para vivir para otres como deber? El sacrificio de la hija más pequeña para cuidar a su madre se volvió norma en siglos pasados, a Ella no la dejarían casarse, ni tener una vida para convertirse en la sombra de apoyo de otra persona. Así lo designó Dios.
Les diables se metieron en mí
para retorcerme bailando, tocando, cantando,
cuandomásmedueleelcuerpoporsecuelasdeunaenfermedaddelainfanciaquecuandosubenlasantiestreptolisinasmedejaencama,
no quiero esa repetición,
e l a m o r p a r a m í e s l i b e r t a d ,
y sí, duele un chingo no poderse mover, aun así tener que limpiar mierdas de otres repetidamente,
sin embargo, qué mejor manera de contraefectuar las
imposibilidades: jugando.
Leí en un tuit: Vivir para bailarla
Leí la Teoría de la Mujer Enferma de Johanna Hedva en el hospital donde nací ahorcándome con el cordón umbilical y me revivieron, ¿destino?
contexto: porque el hijo pequeño que sí es valorado por mi abuela, ya que es varón, le van a practicar su primer diálisis, supongo que se aproxima hacerme cargo de nuevas tareas,
pero es ley en mi familia ir a pedir perdón por haber alzado la voz contra la autoridad. Heasistidoahospitalesdesdelainfanciaparacuidaramiabuelaquetiroporviajeibaaurgencias,tambiénparacuidaramimamáensusoperaciones,ahoratienedosprótesis,tuvequecuidaramisdossobrinosensuinfanciapararapoyaramihermanaelgrandetiene17años,amipapálomatóelcovidynolopudesalvarconeloxígenoqueliteralmentedesperdiciamiabueladesdehace13años,mipapámedejóencargadoelranchoy30árbolesfrutales.Cuidéapersonasqueconsideréamigos,perodescubríquesolorepetíaponermedetapetepensandoqueibalograrquemeamaran.Estoyhastalamadredecuidarporquelospinchestraumas,peroyonosoyCristoredentor.
P. D. El amor obligado produce hartazgo y asfixia.
Sé que fue denso leer esto. ¡Gracias por tu escucha y lectura reparativa!
Al resonar la convulsión se deshacen nudos en la garganta y el pecho, al tener visibilidad te encuentras reflejade en otres y desde donde estés te sientes acompañade. Esto es un recordatorio para bailar, porque en el movimiento te conectas con el cuerpo (social) y quizás esto es una forma de «socializar el cuidado» con escrituras coreográficas demoníacas.
Imagen tomada de @kieltokki
| Verónica A. Adaya (CDMX, México, 1988). Cuidadora y Artista multidisciplinar. Vrnq juega a invocar al fenómeno que se excede a sí mismo y excede al individuo, un fenómeno provocador que manifiesta los límites y marcos para desplazarlos hacia la otredad. Estudió el Posgrado de Artes y Diseño y en la FFyL de la UNAM. Le interesan los acontecimientos personales, sociales, históricos, físico naturales, políticos, filosóficos, tecnológicos, etc. Comprende lo ambiental como un acto de manifestación de la multiplicidad que incluye situaciones: personales, sociales, históricas, físico naturales, políticas, filosóficas, tecnológicas, etc. Por eso Vrnq cree que hacer arte ambiental es jugar a operaciones mentales con ella. Ha publicado “Diabolus: Relatos de Vida en Revolución y Resistencia” edición de Erika Bülle, editorial Cuerpa Lab con apoyo del Sistema Nacional de Creadores 2021. Pueden encontrar sus textos en su perfil de Academia.edu. |
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